Los objetivos no son más que objetivos, pues puede que se logren o puede que no. La realidad nos separa de la posibilidad, tanto como mirar el mar con vista a Altamar. Lograr lo que no existe es solo para un pequeño grupo de personas.

Este computador desde donde escribo, antes no existía. Alguien se lo imaginó, lo pensó, lo dibujó y lo creó. Este computador nunca fue un objetivo, fue una decisión.

Yo te pregunto a ti que vives en la realidad brutal de los hechos: ¿Ver para creer? O creer para ver. Piénsalo, porque si no lo piensas ahora, seguirás haciendo lo que te toca, lo que la vida te pone en frente. Desde el suelo mirarás las nubes pasar, mientras los aviones te verán desaparecer. ¿Eso es lo que quieres? Si es así, es respetable, pero tengo que decirte que las nubes no cambian de color y a veces son aburridas.

No salgas a tomar acción si vas por objetivos. No es suficiente. Te cansarás, sentirás dolor y desistirás. Todo te dolerá y perderás batallas antes de pelearlas.

Hay un clic en la mente que está oculto. Es el clic de la determinación. Qué palabra tan poderosa. Pues insisto, no se trata de inteligencia sino de resistencia, y la resistencia es algo que se decide, y la mente poderosa lo logra.

¿Qué tan inteligentes tenemos que ser para ser resistentes? Cero. Así que comienza a tomar decisiones ya y nunca olvides que solo se cumple un objetivo cuando deja de ser un objetivo y se convierte en una decisión.

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